¿ Admisión justa o admisión segregada? Por Jorge González Guzmán

https://proxy.duckduckgo.com/iu/?u=https%3A%2F%2Fwww.elmostrador.cl%2Fmedia%2F2019%2F03%2Fadmision-justa.jpg&f=1

La discusión acerca del proyecto de ley “admisión justa” ha retrotraído la discusión a lo que ya se había discutido durante los últimos cuatro años. La verdad es que esta discusión no tiene solución: lo que hay aquí es un enfrentamiento entre dos visiones de mundo diferentes. Se trata de un enfrentamiento entre dos posturas ideológicas opuestas acerca de la calidad de la educación: la “calidad” de la educación es un concepto complejo, por lo tanto el peor error que se puede cometer es tratarlo como si fuese simple, con la típica simplificación de “blanco o negro”: en este colegio la educación es mala o es buena. Nosotros optamos por una calidad que destaca componentes sociales de cooperación, por sobre elementos de competitividad; autonomía y creatividad, más que obediencia y disciplina ; curiosidad y capacidad de búsqueda, más que memorización de contenidos. La calidad de este proceso formativo se puede observar en tres grandes aspectos, diferentes pero interrelacionados:

  1. el desarrollo de la formación en lo social
  2. el desarrollo de las capacidades y habilidades cognitivas y creativas
  3. el desarrollo de las habilidades y conocimientos básicos necesarios para pasar de una etapa a la otra.

El primer aspecto consiste en el conjunto de vivencias que el niño tiene al relacionarse tanto con sus compañeros como con sus profesores y otros adultos. La convivencia del pequeño con un grupo culturalmente estrecho y homogéneo disminuye la calidad de su formación. Por el contrario, resulta importante que el niño, desde pequeño, tenga la oportunidad de compartir con niños de otros ámbitos socioculturales que el propio. Esta convivencia en la diversidad es, a mi juicio, un elemento importante en la “calidad” de la educación. Aquí debe agregarse la formación sexual, para lo cual es sumamente importante la convivencia de niños de distinto género. Nótese que aquí no estamos hablando del “aprendizaje por los pares”, que es también un elemento importante que debe sumarse al anterior.

La labor orientadora del profesor en este aspecto es importante, aunque no decisiva. El desarrollo de esta capacidad no se realiza solamente en la sala de clases sino más que nada en el patio de los recreos, en la calle caminando entre el hogar y el colegio, en los hogares donde los niños invitan a sus compañeros.

Es aquí donde la reforma educacional planteada por el gobierno de la presidenta Bachelet (fin de la selección y el copago) incide directamente en la calidad de la educación: una educación segregada como la nuestra es de por si de menor calidad. La selección mediante pruebas que se exige a los niños para el ingreso al colegio es una práctica que limita este aspecto de la calidad. Los llamados colegios emblemáticos, debido precisamente a su proceso de selección, disminuyen su calidad.

El desarrollo de las capacidades y habilidades cognitivas y creativas requiere un profesor que sea capaz de desplegar un abanico de exigencias: desde aquellas básicas, sin las cuales el niño debe reprobar, hasta unas tan altas como sea necesario para los niños mejor dotados. Hay quienes sostienen que la homogeneidad es necesaria para una buena experiencia pedagógica (Pablo Ortúzar, La tercera 18-05 ). No estoy de acuerdo. Ortúzar se olvida completamente del aspecto de formación social antes mencionado. En cuanto al desarrollo de las capacidades cognitivas y creativas, un buen profesor no necesita que todos los alumnos sean igualmente capaces. Es posible que sea más difícil enseñar en un curso heterogéneo. Pero un profesor que confiesa que

él no le enseña matemáticas a las niñitas…solo a los niños” (cita de un profesor del Instituto Nacional) …no es un buen profesor. Concuerdo con Ortúzar cuando indica que el secreto de la pedagogía …es darle a cada cual lo que necesita, en el momento preciso y en la dosis correcta” . Es precisamente lo que hace un buen profesor en un curso heterogéneo.

Un buen colegio es aquel que tiene buenos profesores, con condiciones adecuadas de dedicación, autonomía, sueldos y buen lugar de trabajo. No aquel que tiene buenos alumnos. Se equivoca J.J.Brunner (La Tercera 18-05) al pensar que un liceo emblemático se echa a perder si acepta una variedad de alumnos. Aceptar niños de diversos ámbitos culturales, según nuestra visión de mundo, no achata a un liceo de excelencia. Al contrario: extiende su ámbito de formación social. Un colegio debería llamarse de excelencia si tiene excelentes profesores.

De lo que se trata es que todos los colegios sean “de excelencia” , es decir, lo que hay que hacer es ir mejorando los colegios mas deficientes, poco a poco, pero sin demorarse mucho porque el país necesita ciudadanos bien formados. Por supuesto que no se trata de estandarizar : todo lo contrario: cada colegio tendrá su proyecto educativo, presentando una amplia gama de exigencias. Son los alumnos, o sus padres, los que elegirán al colegio, incluyendo a aquellos colegios orientados hacia lo artístico o musical, sin que sea necesario un exámen previo. Si un niño desea desarrollar su gusto musical, ¿ porqué debe demostrar previamente algún talento especial al respecto? Es el colegio el que debe desarrollar ese talento.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.